Lo que no hay que hacer en los grupos de padres en WhatsApp

Mayo 2, 2016 Sin Comentarios »

Pueden ser una herramienta muy útil para intercambiar información pero también una fuente de conflicto entre padres y maestros

Hasta hace poco, los padres y madres con hijos en la misma clase solían reunirse en las puertas del colegio para conversar. Hoy las formas de comunicación han cambiado, y muchos padres prefieren intercambiar puntos de vista en grupos de Whatsapp. Lo anterior no tendría mayor problema si no es por el mal uso que se le puede dar a estos foros.

El educador catalán y padre de cuatro, Carles Capdevila, considera que es una lástima la mala utilización que los padres han hecho del “nuevo juguete”, pues su utilidad es enorme para citas deportivas o convocatorias concretas.

Sin embargo, añade, los mensajes que allí se intercambian con frecuencia alteran la paz entre familias, o entre familias y maestros; “o se compite a ver quién lo hace mejor, o directamente se critican decisiones convirtiendo una anécdota en un problema colectivo”.

Óscar González, autor del libro Familia y Escuela, Escuela y Familia, escribe en el blog Solo Hijos sobre cinco malos usos que se hacen de los grupos de padres en Whatsapp:

1.     Agendas. Es común que algunos padres quieran saber por este medio cuáles son las tareas asignadas al grupo: “Mi hijo no tiene la agenda y no sabe qué ejercicios hacer”. Lo anterior puede ser contraproducente en el sentido de responsabilidad de los chicos. “No debemos anticiparnos a todo y como padres hemos de trabajar para favorecer la autonomía de nuestros hijos”, advierte González.

2.     Críticas. Hay casos más preocupantes, en los que padres y madres hacen una crítica destructiva sobre la labor del profesor: “deja mucha tarea”, “no me gusta cómo trabaja con los niños”. Lo ideal en este caso es hablar directamente con el docente. Es decir, educar en equipo.

3.     Sembrar dudas. De las críticas destructivas es fácil pasar a los rumores: “a mi me han dicho que…”, los cuales crean confusión y malos entendidos. Hay que tener cuidado, pues estos se alimentan de la credibilidad que les otorgue el resto del grupo.

4.     Intentar solucionar problemas. Algunos padres y madres pretender solucionar asuntos como las diferencias con el profesor en la clase: “a mi hijo no le hace caso”. Lo anterior crea confusión e intoxica el ambiente del grupo. Lo recomendable, una vez más, es hablar directamente con el maestro.

5.     Crear grupos alternativos. Las afinidades o distanciamientos entre algunos padres los llevan a crear subgrupos, donde se comparte información sin que el resto se entere.

 

Fuentes: Solo HijosBlog de Carles Capdevila

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