La educación integral comprende la promoción de hábitos, más tarde virtudes, que lleven a los hijos a comportarse bien, por sí solos y en cualquier circunstancia. En un sentido más pleno y más profundo, es posible afirmar que las virtudes van configurando la personalidad del que las cultiva”.
(Usal, Manuel/Ugarte, Carlos “Educar en virtudes”, Ed. Palabra S.A. 2007).